El “hogar inteligente” ya es realidad gracias a la domótica

¿No sería cómodo si, al salir de casa, solo tuvieras que hacer clic en un icono de tu smartphone y un procesador se encargaría de bajar las persianas, apagar las luces, activar la alarma y, quién sabe, abrir la puerta de tu garaje?

YA ESTAMOS EN LA EPOCA DE LA “SMART HOME”

Bueno, esto ya no es ciencia ficción.
De hecho, si hace varios años estamos en la era de los “teléfonos inteligentes” y el 2020 ha abierto oficialmente la era del “trabajo inteligente”, la expansión de la domótica sin duda nos ha acostumbrado a la llegada del “hogar inteligente”.

Obviamente estamos hablando de espacios equipados con sistemas de control a distancia (centralizados en el mejor de los casos). Entre todas, la posibilidad es la de configurar “escenarios” preestablecidos o, más “simplemente”, sistemas eléctricos que autorregulan el encendido de los electrodomésticos en función del umbral de consumo establecido.
Se tratata de tecnologías, en definitiva, que ciertamente no están al alcance de todos, pero cada vez mas extendidas en los hogares y, de momento, sobre todo dentro de las grandes empresas.

Mientras que el sistema clásico se activaba mediante interruptores y controladores, la tecnología domótica permite gestionar y coordinar los distintos dispositivos juntos: una función aún más importante donde la comodidad significa una mayor productividad y eficiencia.

¿QUE ES LA DOMÓTICA?

Nacida con la tercera revolución industrial, la domótica (integración de la tecnología en el diseño de espacios de vida y de trabajo) ya es la norma, por ejemplo en el sector aeroportuario y otros sectores del alta tecnología. Pero todavia es menos común su utilizo en en campo civil y, sin duda, su propagación progresiva representa una anticipación de lo que es la cuarta revolución industrial que acaba de empezar.

De hecho, en la actualidad la domótica se basa casi exclusivamente en la programación “manual”.
Pero, en un futuro cada vez más cercano, gracias a la inteligencia artificial y al “internet de las cosas”, nuestro hogar podría autoprogramarse. Por ejemplo, podria reaccionar a distintos escenarios, hacer que los diferentes componentes que lo hacen funcionar se comuniquen entre sí y tener la capacidad para adaptarse y comprender nuestras necesidades y hábitos.
Todo esto en nombre del confort, pero también de la seguridad, del ahorro energético, de la sostenibilidad y de la asistencia a las personas con discapacidad.

ASÍ ZUCKERBERG IMAGINA LA CASA DEL FUTURO

En definitiva, de la domótica a la automatización de edificios, el paso es corto, como demuestra el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, en un vídeo publicado hace unos años, que nos lleva directamente al futuro. En ese futuro, nuestra casa, nuestros electrodomésticos y sistemas estarán completamente informatizados y, en cierto sentido, autónomos. Nos prepararán el desayuno a la hora indicada, nos despertarán según nuestros compromisos, reconocerán quién está tocando el timbre, responderán inteligentemente a una situación de emergencia, etc.
Entonces, la aplicación de las nuevas tecnologías al diseño de interiores podría revolucionar por completo nuestra forma de vida y hacernos vivir como en una de esas películas que veíamos de niños y nos parecían solo fantasías cinematográficas.

LA EXPERIENCIA DE UNA ARQUITECTA MILANESA

Erica Giordano, arquitecta milanesa nacida en el 1989, gracias a un enfoque interdisciplinar que la caracteriza, lleva algunos años implicada en la domótica.
Después de haber trabajado en el campo de los espacios para eventos, relacionados sobre todo con el “Fuorisalone“, hoy se ha especializado en esta rama del diseño, en la que la interdisciplinariedad es sin duda un punto fuerte.

Es ella quien nos dice: “Como arquitecta, es fundamental para mí que el aspecto funcional no comprometa el aspecto estético. Por eso, debo confesar que en este sector, donde el lado técnico corre el riesgo de tomar el control, es especialmente estimulante cuando hay la posibilidad de crear algo que pueda satisfacer ambos aspectos.
En estos casos, la integración de la tecnología en el diseño puede dar vida a una estetica futurista que aún no se ha inventado e imaginado por completo.
Después de todo, muy a menudo el cliente simplemente presenta sus necesidades, sin necesariamente saber lo que eso implica en términos técnicos: por eso el proyecto no puede ni debe renunciar nunca a sorprender ni siquiera desde este punto de vista”.

La “domótica”, explica Erica, “es una parte importante de mi trabajo y su uso, al menos en mi experiencia, está muy extendido especialmente en el ámbito empresarial.
Al fin y al cabo, a la hora de diseñar los espacios de una empresa de vanguardia, sería anacrónico hoy en dia pensar en la tecnología como un elemento extra, que llega tras la fase de construcción.
Si en el entorno doméstico quizás los costos aún no son capaces de cubrir las ventajas, en el lugar de trabajo ya no es así.
Sobretodo con el aumento del tele-trabajo relacionado al covid, la demanda de diseños que integren soluciones tecnológicas capaces de facilitarlo está ciertamente creciendo.
Y es fácil predecir que la tendencia no va a cambiar, ya que la tecnología aún promete grandes mejoras“.

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