Estilo mediterráneo: un estilo “antiglobalista”

En nuestro último post os contamos sobre el estilo industrial haciendo referencia al “genius loci”, el “espíritu de los lugares” de la antigüedad romana.
Si, respeto al estilo industrial, la referencia podría aparecer profana, en el caso del estilo mediterráneo la comparación por cierto es mas sustancial.

De hecho, en el estilo industrial la conexión con el sitio está relacionada a la función específica de un espacio y su pasado como “unidad”. En el caso del estilo mediterráneo se trata de la propia identidad de un lugar en un sentido amplio.
El estilo mediterráneo va más allá de los límites del hogar, porque pretende integrarse en un paisaje y representar de forma arquitectónica y estilística una geografía, un clima y una atmósfera peculiar.
No es por lo tanto un estilo “globalista”.
Al revés, estamos ante un estilo que recuerda una forma típica de construcción y mobiliario de los pueblos que asoman al Mediterráneo: Italia, España, Grecia, pero también el sur de la península balcánica y los países de África del Norte como Marruecos.

Por lo tanto, es un estilo reconocible en un área bastante grande, que sin embargo se adapta al lugar específico a través de los detalles.
La elección del estilo mediterráneo es, en cierto sentido, una no-elección, o sea una elección anti-individualista. Es una forma de ser y participar en la comunidad a la que se pertenece, una “puesta en escena coral”, un espectáculo colectivo, generalmente consistente en casas bajas con mucha vegetación.

ELEMENTOS DEL ESTILO MEDITERRÁNEO

En la práctica, el estilo mediterráneo se suele caracterizar por el blanco y el azul/celeste/turquesa, acompañado a menudo por el ocre.
Transmite una sensación de luminosidad por fuera y por dentro pero, a diferencia del estilo minimalista, los espacios no suelen ser fríos.
La decoración tiene un papel importante y delicado. No puede faltar una personalización decisiva y los colores brillantes son un complemento importante, pero el ambiente tampoco debe ser sobrecargado, grosero, agobiante.
La armonía de los elementos debe transmitir frescura, ligereza, una sensación de gozoso bienestar.
Y es redundante reiterar que el ambiente es el propio de las zonas marinas, con colores claros que ayudan al ambiente a no absorber calor y reflejar la luz.

EVITAR METAL Y PLASTICO, PREDILIGIR PIEDRA, YESO Y MADERA CLARA EN BRUTO

Los elementos característicos, de hecho, son:

  • – baldosas (en maoiolica) con decoraciones alegres
  • cerámicas pintadas a mano
  • cortinas (en algodón o lino)
  • cojines de rayas de colores quizás más vivos
  • elementos en piedra y yeso
  • grandes aberturas
  • un patio o sala de estar con sillas de mimbre
  • mesas y adornos de madera clara en bruto
  • elementos de paja
  • conchas y objetos de playa
  • botellas de vidrio
  • flores y plantas (aromáticas)
  • faroles y velas (perfumadas)
  • espejos, lámparas y marcos con hierro forjado
  • muebles pobremente decorados y bastante simples, “espartanos”
  • vigas a la vista.

Un look “marítimo”, por tanto, desde el que se prohíben los materiales fríos y “urbanos” como el metal y el plástico, los tonos oscuros que oprimen el ambiente, el uso de tecnología demasiado visible como elemento de mobiliario.

El resultado será un ambiente casi “vacacional” que, si tiene suerte, podrá acompañarle durante todo el año.
Y que – nos permitimos añadir con una pizca de orgullo – es especialmente querido por nosotros viniendo del sur de Italia y trabajando durante años aquí en Alicante.

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