How to build a sex room“, la docuserie de Netflix lanzada el año pasado, sigue haciendo mucho ruido.

Decenas de reseñas todavía nos cuentan cómo la diseñadora Melani Rose pasó de diseñar casas y habitaciones de lujo a las “sex room“, cambiando así, con cuero y látigos, la vida de muchas parejas.
Así que intenté ver la serie.

Tengo que ser honesto: no pude pasar del primer episodio.

Esperaba un producto de calidad que realmente cumpliera con las expectativas creadas por el título.
Me encontré frente a un reality show al más puro estilo americano.
Sensacionalismo y ficción, con pocos detalles técnicos, prácticos y conceptuales.
El diseño interior es solo el telón de fondo de un programa centrado en el sexo y los juguetes sexuales.
Mea culpa: debería haberlo esperado.

Por cierto, el título despierta curiosidad.
El tema de los “cuartos rojos“, de hecho, está de moda desde “50 Shade of Grey“.
Fue gracias a la famosa ‘sala de juegos’ del protagonista Christian Grey que la película del 2015 se convirtió en todo un exito de taquilla.
La película (aunque mediocre) llevó el bondage a la gran pantalla, legitimándolo como una práctica públicamente aceptada.

QUE FALTE EL CUERO, QUE NO FALTE EL EROS

Sin embargo, la ecuación entre una sex room y el bondage puede ser glamour, pero no es del todo correcta.
Si queremos diseñar una sex room, pueden faltar cuero y látigos, pero nunca puede faltar el eros.

Por lo tanto, ante espacios pequeños, el margen de intervención es obviamente limitado.
Si te ves obligado a acomodar escritorios, armarios, objetos cotidianos o quizás objetos de trabajo, cargadores, ordenadores, ropa desparramada y demás, será difícil darle un aire sexy al dormitorio.
Incluso antes de la popularidad de las sex room, de hecho, el Feng Shui ya aconsejaba prestar especial atención al orden y decoración de la habitación reservada a la pareja. Lo mejor sería evitar de utilizarla para “almacenar” cosas, cables, ropa y así convertirla en un espacio caótico.
Decorarlo con colores cálidos pero a la vez relajantes ayuda a que sea una estancia acogedora con una energía que favorece la meditación, la concentración y el eros.
Al mismo tiempo, los complementos son imprescindibles, para que la habitación no quede vacía: cojines, alfombras, sábanas, cortinas y no solo.
Hacer del dormitorio un refugio, poner la cama en el centro de atención, conseguir el mayor espacio posible alrededor de la cama (los espacios pequeños limitan la imaginación, la movilidad y por tanto el erotismo) son los primeros pasos para dotar de erotismo a un espacio.

Con un poco de suerte, habilidad y paciencia, es posible transformar cualquier dormitorio en una habitación erótica.
Sin excluir la incorporación de diversos accesorios y dispositivos más o menos disimulados, cajones para “herramientas” y armarios de juegos.
Si la casa es lo suficientemente grande, la operación está lejos de ser imposible.

UNA SEX ROOM DE LUJO

 Por supuesto, todo es mucho más fácil si tienes una habitación que se pueda usar solo para este propósito.
Más fácil y también menos común.
En definitiva, un lujo que pocos pueden permitirse.
En este caso, sin embargo, la imaginación puede viajar aún más libremente, sin la necesidad de llegar al compromiso debido a la doble función de la habitación.

ILUMINACIÓN

Si hay un lugar de la casa donde es preferible que la iluminación no sea excesiva, ese es la sex room.
Es una habitación que, de hecho, debe transmitir intimidad, privacidad, sin ser claustrofóbica.
La iluminación tenue, por lo tanto, es fundamental para combinar complementos y colores que transmitan calidez y confort.
Jugar con las luces es más que una sugerencia, es una obligación.
Para transmitir la sensación de estar envuelto, casi inmerso en otra realidad, podríamos utilizar focos “ocultos”: en el suelo, en las paredes, en el techo, preparados para iluminar sólo lo necesario.
Luces suaves y ligeras, para dejarnos la oportunidad de jugar con los colores y cambiar el “escenario” en un momento.
La iluminación será fundamental para sentirse como en un sueño.
Un surrealismo que nos estimulará a experimentar, que nos intrigará con sus juegos de sombras, los contrastes de las figuras, las líneas apenas intuidas.
Lo desconocido es el espacio de la imaginación.

ACCESORIOS Y MUEBLES

Qué es el bondage y cómo adentrarse en su prácticaCortinas, alfombras y muchos cojines.
Materiales suaves y cálidos como el terciopelo y todo lo que nos de la sensación de confort.
La habitación debe parecer llena pero no abarrotada, funcional pero no racional.
No queremos correr el riesgo de quitarle la espontaneidad al momento que absolutamente no debe perderla.
Si podemos prescindir de esposas y látigos, pero no pueden faltar cinturones y cuerdas, esparcidos o atados al techo, la cama o las paredes.
El bondage no es obligatorio, pero un poco de dominación siempre es parte del juego, ¿por qué no aprovechar?
¡Lo importante es que la sex room no parezca una cámara de tortura medieval!

Entre los complementos normalmente desaconsejados en el dormitorio, suele estar la TV.
En este caso, sin embargo, una pantalla adquiriría una función completamente diferente, pudiendo reproducir imágenes o vídeos eróticos – por qué no – tal vez incluso caseros.

En cuanto a la cama, si queremos dar respuesta a todas las necesidades, podríamos arriesgarnos con una cama de tres plazas.
¿Quién dijo que los invitados son siempre y solo dos?
Y si nos encontramos ante una relación poliamorosa, no queda otra.
La cama, sin embargo, en lugar de ocupar el centro de la habitación, como en un dormitorio tradicional, fácilmente puede ocupar solo un lado de la habitación.
Tal vez una esquina, con las paredes forradas para suavizar el impacto.
Y que no esté demasiado alto del suelo.

No subestimes el uso de sillones y sofás, como espacios alternativos.
Con la posibilidad de insinuar una separación de espacios mediante el uso de velos o biombos a través de los cuales sea posible espiar lo que ocurre al otro lado.
Por último, teniendo la posibilidad, una ducha “abierta”, tipo spa.
Azulejos de piedra para los suelos, velos, espejos, abanicos o sinuosas figuras para las paredes.
Situado de forma accesible pero no engorrosa, también es imprescindible un mueble en el que alojar todos tus juguetes eróticos.
Otra cosa fundamental es el aire acondicionado: ¡demasiado calor o demasiado frío y el momento mágico se arruina!

EL DISEÑADOR NO DECIDE LAS REGLAS DEL JUEGO

Como habrás notado, apenas hemos hablado de juguetes y herramientas sexuales.
No hay necesidad.
Si tienes que diseñar una sex room y quieres hacerlo con estilo, recurda una cosa: los espacios no deben dictar las reglas del juego. Tú tarea es diseñar un espacio estimulante, cómodo y erótico: deja que la imaginación haga el resto.

Emmanuel Raffaele Maraziti

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